García-Escudero: “En la actual situación política no toca reformar la Constitución, sino defenderla con firmeza”

16/07/2018

El presidente del Senado, Pío García-Escudero, ha defendido hoy, durante su intervención en el Curso de Verano de la Universidad Católica de Valencia, que “ante la actual situación política lo que toca no es reformar la Constitución, sino defenderla con firmeza de sus enemigos”.
 
El presidente del Senado, que ha impartido una conferencia bajo el título Principios y valores constitucionales: su vigencia en el XL aniversario de la Constitución, ha afirmado que la Carta Magna “nos ofrece seguridad y fuera de ella sólo hay inestabilidad e incertidumbre”.
 
Además, García-Escudero se ha preguntado qué sentido tendría hoy hablar de reformar la Constitución con quienes han intentado acabar con ella por la fuerza. “El intento de declaración golpista de la independencia de Cataluña se solventó con éxito y contundencia gracias a la solidez de nuestro Estado de Derecho y la eficacia de los poderes públicos”.
 
Así, el presidente de la Cámara Alta ha resaltado el papel fundamental que han jugado los Tribunales de Justicia, el Gobierno y el Parlamento “para hacer frente al desafío independentista”, siempre dentro de los procedimientos que marca la Constitución para situaciones excepcionales, como la aplicación del artículo 155.
 
“Nuestra Constitución –ha subrayado- ha demostrado que actúa como un escudo eficaz en defensa de nuestra democracia, de los derechos y libertades de todos los españoles y de la integridad nacional”. Y ha remarcado que “es nuestra más poderosa defensa jurídica y nos facilita un marco de convivencia lo suficientemente amplio,  inclusivo y respetuoso como para que todos podamos sentirnos a gusto dentro de ella”.
 
En su opinión, todos estos motivos “son la mejor prueba de la vigencia” de la Constitución, además de ser “nuestra más poderosa defensa jurídica” y facilitarnos “un marco de convivencia amplio, inclusivo y respetuoso para que todos podamos sentirnos a gusto dentro de ella”.
 
Pío García-Escudero ha asegurado que gracias al pacto constitucional de 1978 “las lenguas y las diferentes señas de identidad cultural coexisten en España, han encontrado su debido reconocimiento político y son respetadas y protegidas”.
 
También ha resaltado que hoy nadie puede decir que “en España se vea obligado a elegir entre ser español o catalán, español o vasco, español o valenciano. No son términos excluyentes, se puede ser las dos cosas a la vez”.
 
En este sentido, García-Escudero ha defendido el “reconocimiento a la pluralidad territorial” de la Constitución y ha afirmado que si hoy tenemos un Estado de las Autonomías fue gracias al pacto constitucional del 78. “Lo que España ha hecho, y muy pocos países han sido capaces de hacerlo, es pasar de un Estado fuertemente centralista a convertirse en uno de las Estados más descentralizados del mundo”, ha dicho.
 
Según el presidente del Senado, en la actualidad podemos hablar de reformar la Constitución, “pero siempre para mejorarla y no desvirtuarla, para fortalecerla y nunca para debilitarla”. Además, ha señalado que cualquier reforma de la Carta Magna siempre debe contar con el mismo grado de consenso logrado en 1978, que cosechó un respaldo del 90% en el Congreso y Senado y un 88,5% en el referéndum.
 
“Si queremos abrir un proceso de reforma constitucional, hagámoslo con una finalidad determinada, reformemos para algo concreto”, ha apuntado. En su opinión, “no es sensato empezar la casa por el tejado, proponer una reforma porque sí, sino empezar por el contenido y luego plantearla”.
 
García-Escudero ha remarcado la importancia de que la Constitución “siga siendo plural y nos sirva para aproximarnos a nuestros adversarios políticos, jamás para excluirlos”, al tiempo que ha defendido que “nadie debe pretender acapararla y proclamarse titular de sus valores, igual que nadie debe repensarla para adaptarla a la horma de sus preferencias particulares”.
 
Por último, el presidente del Senado ha  tenido un reconocimiento hacia los políticos que participaron en la transición, “porque entendieron que por encima de sus discrepancias ideológicas compartían el deseo de aprobar una Constitución que dotara a España de un sistema democrático plural y estable”.