Francisco Javier Castaños, Duque de Bailén, 1855

José PIQUER Y DUART (1806 - 1871)
c. 1850 (modelo), c. 1855 (fundición)

Francisco Javier Castaños (1756-1852), Capitán General de Andalucía y jefe de las tropas españolas que combatieron en Bailén el 19 de julio de 1808, batalla que supuso la primera gran victoria sobre las tropas francesas durante la Guerra de la Independencia, es una figura de primer orden en la historia político-militar de la España de su tiempo. Recibió el Toisón de Oro en 1829 y fue ennoblecido con el título de duque de Bailén, con Grandeza de España, en 1833. Fue Presidente del Consejo de Estado, presidente de las Cortes tradicionales de 1833, reunidas para jurar fidelidad a Isabel II como princesa de Asturias, Presidente del Consejo de Regencia y, finalmente, primer Presidente del Estamento de Próceres en 1834, a raíz del Estatuto Real, por lo que, con la presencia de este busto en las colecciones del Senado, se inicia una galería de retratos escultóricos en el Palacio, destinada a honrar la memoria de quienes ostentaron la más alta representación de la Cámara.

Retratado de busto, sin brazos, el general y duque viste uniforme militar, con varias condecoraciones sobre el pecho, a su izquierda, y bandas cruzadas sobre las que ostenta el collar de la orden del Toisón de Oro. Destaca el naturalismo descriptivo en la caracterización de su rostro, que ha llegado a ser calificado de decrépito, a causa de su prodigiosa verosimilitud, que no oculta ni ennoblece los efectos del paso del tiempo. Mantiene, no obstante, la firmeza de su carácter, dentro de una nobleza sin altanería, con la que trata de dignificarse su personalidad.

Aunque en algún momento esta pieza se ha querido identificar con otro personaje (Argüelles) y autoría (Francisco Elías Vallejo), lo que ha llevado a tener que deshacer inexplicables equívocos, nunca debió de haberse generado la más mínima duda acerca del representado ni de su autor, el escultor de cámara José Piquer, ya que es una pieza perfectamente documentada y cuyo más característico estilo aparece aquí desarrollado. Este busto del Senado, en concreto, es una réplica del original en escayola, realizado hacia 1850, que fue donado a la Academia de San Fernando de Madrid, donde se conserva, en 1872, por legado testamentario. Un ejemplar en bronce fue fundido en la Fábrica de Trubia, hacia 1855, y cuatro en hierro, uno de ellos con destino al Museo del Ejército de Madrid, donde está igualmente catalogado, y otro debe corresponder a éste del Senado. (Texto de Carlos Reyero Hermosilla, dentro del libro "El Arte en el Senado", editado por el Senado, Madrid, 1999, pág. 462).