El coloso del miedo, 1977

EQUIPO CRÓNICA (Rafael SOLBES, [Valencia 1940-1981] y Manuel VALDÉS [Valencia 1942])
- Acrílico sobre tela -
200 x 150 cm

Integrado por los pintores Rafael Solbes (Valencia, 1941-1981) y Manolo Valdés (Valencia, 1942) y bajo la inspiración teórica del crítico Tomàs Llorens, Equipo Crónica se formó en Valencia en 1964. Por entonces triunfaba en Europa el Pop art y declinaba la Nueva figuración, cuyas cabezas visibles eran Dubuffet y Bacon. Solbes y Valdés se volvieron hacia el Pop americano, pero sobre todo hacia sus equivalentes europeos, como Hamilton, Hockney, Erro, Adami o el español Eduardo Arroyo. Con estos instrumentos iniciaron una trayectoria  marcada por la oposición política al franquismo y al capitalismo imperialista, donde ocupa un lugar particular la revisión de la historia del arte español -desde las Meninas al Guernica- como archivo del imaginario colectivo y como prueba de cargo contra la ideología dominante.

El Equipo trabajó siempre por series temáticas. El coloso del miedo pertenece a la serie "La parábola", de 1977. El tema de la serie es la represión y el terror del franquismo en la postguerra, plasmado no de manera realista, sino como una fábula. La serie apela a la vez a la memoria emotiva y al sentido crítico del espectador. En consonancia con el ambiente de pesadilla, la gama de color es apagada, a base de ocres, pardos, grises, verdes y negros. La composición, dinámica y asimétrica, se inspira en la pintura del barroco y en el lenguaje cinematográfico.

A lo largo de toda la serie "La parábola" reaparece un motivo emblemático: La Parábola de los Ciegos de Brueghel. Este leitmotiv se combina con imágenes de la publicidad de postguerra (Sandemans, Polill, Veterano Osborne, Nitrato de Chile...). En este cuadro, el esquema compositivo procede del cuadro de Goya El Coloso, donde una multitud despavorida huye ante la presencia de un gigante alegórico. Equipo Crónica sustituye a la multitud por las figuras de Brueghel (con un paisaje de Picasso de Horta de Ebro al fondo) y al Coloso por la imagen (familiar para varias generaciones) del antipolilla Polill, que se convierte en un símbolo del exterminio, pero el contraste más agudo se da entre la ceguera de la población indefensa y los enormes ojos inquisitivos del Polill, emblema de la vigilancia del Estado policial. (Texto de Guillermo Solana Díez, dentro del libro "El Arte en el Senado", editado por el Senado, Madrid, 1999, pág. 426).