Manuel de SEIJAS LOZANO (Almuñécar, Granada, 1800 - Madrid, 1868).

Francisco JOVER Y CASANOVA (1836-1890)
- Óleo sobre lienzo -
100 x 75 cm

Manuel Seijas Lozano, undécimo Presidente del Senado, nació en la localidad granadina de Almuñécar en 1800. Hombre de una gran formación jurídica fue Magistrado de las Audiencias de Granada, Sevilla y Madrid aparte de Fiscal del Tribunal Supremo. Completó su carrera profesional con la plaza de Catedrático de Filosofía del Derecho en el Ateneo de Madrid, la Presidencia de la Academia de Jurisprudencia y Legislación, y la autoría de varios estudios y tratados sobre su especialidad como la Teoría de las instituciones judiciarias.

Al mismo tiempo llevó también una intensa vida política que inició como Diputado en las Cortes Constituyentes de 1836. Posteriormente fue Ministro de Hacienda en 1850, de Gracia y Justicia en 1856 y 1857 y de Ultramar en 1864, completando su actividad política con la Presidencia del Consejo de Estado, del Congreso y del Senado en 1868, año en el que muere. Su prestigio había sobrepasado el campo estricto de la jurisprudencia, su profesión, y el de la política, su vocación, como lo prueba el hecho de ser miembro numerario de la Academia de Historia y miembro fundador de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas.

El autor del retrato, Francisco Jover Casanova, era un pintor de una sólida formación. Al igual que otros artistas contemporáneos empezó su formación en la escuela de la Academia de su ciudad -en su caso la Academia de San Carlos de Valencia, la más cercana a su pueblo Muro de Alcoy en Alicante-, para continuarla en la Academia de San Fernando de Madrid y culminarla en Roma, si como él, tenían condiciones y gozaban de la oportunidad de poder acudir a la ciudad que, al menos para los artistas españoles, seguía siendo el centro del arte.

Jover practicó todos los géneros de la pintura desde la religiosa a la costumbrista, aunque destaca más en la de historia y en el retrato, en virtud de que su precisión en el dibujo y dominio de la composición le permitían alcanzar una de las condiciones imprescindibles para el éxito en ambos géneros: la exactitud en la representación. Así sucede en este retrato del Presidente del Senado, D. Manuel Seijas Lozano, donde Jover recurre a la fórmula, defendida por Leonardo, de girar un poco la posición del cuerpo para romper la frontalidad, y volver el rostro hacia el espectador, tanto para captar su atención, como para favorecer los efectos de claroscuro, difuminando así el trazo del dibujo y lograr en consecuencia una mayor sensación de espontaneidad y naturalidad. Sin embargo, el personaje está muy distante porque por su disposición, ocupando todo el espacio, y por la localización del punto de vista demasiado bajo, se obliga al espectador a mirar hacia arriba y a sentirse claramente en una posición de inferioridad.

Técnicamente se pueden contrastar las notas características de Jover, una gran seguridad en el dibujo y en la ejecución fruto de su formación académica, pero también una excesiva dureza en los rasgos junto a un color no muy armonizado. Algo que ya supo ver uno de los críticos de la Exposición de 1876 que al comentar sus cuatro retratos -entre ellos el más famoso, el del Conde de Cabra, de 2,30 x 1,48 m- apunta que presentaba las figuras con naturalidad, bien entendidos cortina, accesorios, ropa y bordados, aunque falsos de color las caras y en lo general de ejecución algo dura.