Pedro Agustín GIRÓN Y DE LAS CASAS. Marqués de las Amarillas y Duque de Ahumada (San Sebastián, 1778 – Madrid, 1842).

Francisco JOVER Y CASANOVA (1836-1890)
- Óleo sobre lienzo -
100 x 75 cm

Don Pablo Agustín Girón, Marqués de las Amarillas, segundo Presidente del Estamento de Próceres, nació en Pasajes (Guipúzcoa) en 1778. Luchó heroicamente en la Guerra de la Independencia, distinguiéndose especialmente en la defensa de Vélez y en la Batalla de Albuera. Dedicado a la vida militar  y al cultivo de la poesía, no tuvo una vida política muy activa, aunque siempre se distinguió por la defensa de las ideas liberales. Por ello en la época isabelina alcanzó sus principales logros profesionales -ascendió hasta Teniente General y fue Capitán General de Andalucía en 1835- y políticos, pues fue dos veces Ministro de la Guerra y en la Legislatura de 1834-1835 ocuparía la Presidencia del Estamento de Próceres, sustituyendo al General Castaños. La Reina Gobernadora premió su fidelidad con el título de Duque de Ahumada con Grandeza de España.

El autor del retrato, Francisco Jover Casanova, nació en Muro de Alcoy en 1836, iniciando su formación artística en la Academia de San Carlos de Valencia. De allí pasaría a Madrid, a la Escuela Especial de Pintura y Escultura de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, trasladándose más tarde como pensionado a Roma, para cerrar así su ciclo de formación al igual que la mayoría de los pintores españoles de su época. Como ellos también se da a conocer en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, a las que concurre en nueve ocasiones buscando el reconocimiento oficial que le sirviera de lanzamiento en su carrera artística.

Su participación puede considerarse como discreta pues no pasó de dos segundas medallas en 1871 y 1878 y de una tercera en 1864. Si bien es cierto que en 1881 fue propuesto por el jurado para una primera medalla de ampliación, denegada a efectos económicos por la Administración, aunque los implicados, encabezados por Jover, lograran el reconocimiento al menos de su valor honorífico. Él se había presentado con un tema de historia La reposición de Colón, habitual en estos certámenes, pero, en realidad, dominaba todos los géneros y técnicas artísticas, incluido el fresco, como atestiguan sus pinturas en las iglesias de S. Francisco el Grande en Madrid y S. Antonio en Cádiz.

Los pocos que se han ocupado de la figura de Jover, un pintor todavía escasamente estudiado, destacan siempre su sólida formación y su honestidad profesional derivada de su dominio del dibujo, aunque en el color no se mostrara siempre muy armónico. Estas características aparecen lógicamente también en sus retratos, género en el que alcanzó un éxito solo relativo porque si reproduce con exactitud los rasgos anatómicos y las calidades del atuendo, en cambio no está tan acertado con la personalidad de los modelos que resultan siempre un poco fríos, rígidos y distantes.

Este es el caso de su retrato del Marqués de las Amarillas, si bien, hay que precisar, que, como retrato póstumo que es, el trabajo de Jover se ha limitado sólo a la ejecución, en la que ciertamente brilla ese dominio y precisión en el dibujo antes aludida. Por ello, Jover en este caso no firma el retrato, mientras que sí lo hace en los otros dos ejemplares que tienen en esta Galería de Presidentes del Senado, el Marqués de Viluma y el de Seijas Lozano.