El expresidente del Senado Manuel de Seijas Lozano y el senador Federico de Madrazo y Kuntz protagonizan la exposición “Figuras Ilustres en la Historia del Senado” del mes de julio

27/06/2025

La Biblioteca del Senado acoge durante el mes de julio una nueva muestra de la exposición “Figuras Ilustres en la historia del Senado”, protagonizada por el expresidente del Senado Manuel de Seijas Lozano y por el senador Federico de Madrazo y Kuntz. Esta iniciativa tiene como objetivo poner en valor la trayectoria de personajes históricos que han desempeñado un papel relevante en el parlamentarismo español.
 
La exposición del mes de julio homenajea al jurista y político español Manuel de Seijas Lozano (1800-1868). Nacido en Almuñécar (Granada), Seijas se licenció en Derecho por la Universidad de Granada. Posteriormente, inició su carrera en el ámbito jurídico y fue nombrado fiscal del Tribunal Supremo. 
 
En cuanto a su carrera política, en 1837 fue elegido diputado por Granada y formó parte de la comisión encargada de elaborar el Código de Procedimientos. Además, ocupó varias carteras ministeriales en varios gobiernos de Ramón María Narváez. Durante su etapa como ministro de Comercio, Seijas impulsó la fundación del Real Instituto Industrial y la carrera de Ingeniero Industrial, lo que reforzó la educación técnica en España. 
 
En la última etapa de su vida política, Seijas Lozano fue nombrado senador vitalicio y fue elegido presidente de la Cámara Alta en 1868. Su trayectoria política estuvo marcada por su lealtad al partido moderado, además de su compromiso para conseguir la estabilidad estatal como una figura clave en la vida parlamentaria del siglo XIX. Seijas fue distinguido con la Orden del Toisón de Oro poco antes de su fallecimiento en 1868.
 
La muestra también dedica un espacio al senador por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando desde 1863 hasta 1891, Federico de Madrazo y Kuntz (1815-1894). Nacido en Roma cuando su padre José servía como pintor de cámara de Carlos IV durante su exilio en la ciudad, llegó a España con cuatro años. Recibió una sólida formación artística bajo la protección paterna. En 1831, con tan sólo dieciséis años, fue nombrado académico de mérito de San Fernando por La continencia de Escipión y en 1833 inició su primer viaje formativo a París.
 
Tras estar unos años en Francia e Italia, Federico volvió a España en 1842. En 1843 fue nombrado director de Pintura de la Academia de Bellas Artes de San Fernando y en 1846, individuo de número por la pintura de historia, al tiempo que Francia le concedía la Legión de Honor por su ininterrumpida participación en los Salones de París. En 1853 recibió el nombramiento de segundo pintor de cámara de Isabel II. En su meteórica carrera artística, 1855 supuso su consagración definitiva en París, donde expuso quince retratos y recibió una Medalla de 1.ª Clase que tuvo gran repercusión en el mercado madrileño.
 
En 1857 fue ascendido a primer pintor de la real cámara y nombrado profesor de Colorido y Composición de los estudios superiores de la Academia. En su dilatada carrera como retratista de Corte consagraría la imagen áulica de Isabel II, quien le encargó la mayoría de sus retratos oficiales. En 1866 fue elegido, por unanimidad, director de la Academia de San Fernando, puesto que conservó sin interrupción hasta su fallecimiento. En la década de 1870 llegó a su cénit como retratista de la alta sociedad madrileña, abandonando por completo la pintura de composición.
 
En 1868 fue reconocido como caballero Gran Cruz de Isabel la Católica y asumió puestos de relieve en la construcción del nuevo edificio de Bibliotecas y Museos. En 1874 fue nombrado consejero de Instrucción Pública por el Gobierno de la República y en 1877 senador del reino por la Academia de Bellas Artes de San Fernando. En 1880 presentó al ministro de Instrucción Pública el reglamento para la ejecución de la Ley de Propiedad Intelectual y de Teatros.
 
La labor que ha quedado unida a su figura de un modo más perdurable es su faceta como director del Museo del Prado entre 1860 y 1868 y, de nuevo, entre 1881 y 1894. Federico de Madrazo y Kuntz consiguió atraer para el Prado un importante número de legados y donaciones testamentarias, incluidas las Pinturas negras y el retrato de Palafox, de Goya, o la donación de la duquesa de Pastrana.
 
Como parte de las actividades de difusión de la serie expositiva ‘Figuras Ilustres’, instalada a la entrada de la Sala de Lectura de la Biblioteca, la directora de Documentación, Josefa Fuentes, y el vicepresidente primero del Senado, Javier Maroto, protagonizaron un coloquio divulgativo en el que se explica los fundamentos de estas muestras.