José López Domínguez, 1908

Mariano BENLLIURE Y GIL (1862 - 1947)
M. 0,70
Procedencia: Donado por la familia al Senado

José López Domínguez (1829 - 1911), de convicciones liberales, fue un militar y político muy relevante de su tiempo. Tras intervenir en diversas campañas militares internacionales, fue Diputado por la Unión Liberal en época isabelina. Combatió en Alcolea a las órdenes de su tío, el general Serrano, y fue Mariscal de Campo en 1871, con Amadeo I, y Capitán General de Burgos en 1873. Después fue Ministro de la Guerra en el gabinete de Posada Herrera, en 1883, y en el de Sagasta, en 1892. En 1905 se convirtió en el vigésimo tercero Presidente del Senado, cargo que ocupó hasta 1907, circunstancia que justifica la presencia de este busto en las colecciones de la Cámara. Estaba en posesión de numerosas condecoraciones.

El personaje viste uniforme militar y luce las condecoraciones y bandas que recibió a lo largo de su carrera profesional, pero el escultor ha concentrado su esfuerzo representativo en el rostro, barbado y de expresión ensimismada, con la frente despejada y la mirada concentrada, con cierto aire de figura melancólica que se desvanece, mientras ha dejado como inacabado el pecho, del que parecen emerger las glorias de su pasado.

Esta obra ha sido juzgada como muy fina de expresión, de suave modelado, donde la efigie sale de un basamento que simula haber sido diseñado a base de paños, de apariencia vaporosa, que convierten en ingrávido al mármol, según las modas iniciadas por el francés Rodin.

Esta efigie le fue encargada a Mariano Benlliure en 1908 por el propio José López Domínguez, cuando éste era Ministro de la Guerra. Erróneamente se ha supuesto que era intención del militar, vigésimo tercero Presidente del Senado, que su busto formase pareja con los de Martínez Campos, que hacía el número decimonoveno, y Azcárraga, que había sido el vigésimo primero, pero, por las fechas inscritas en los bustos de éstos, Benlliure los realizó con posterioridad, por lo que, más bien, hay que pensar lo contrario: al fallecer el General, esta pieza, donada por su familia al Senado en 1912, fue la primera de la serie esculpida por el escultor valenciano, que, junto a los bustos de Azcárraga, Montero Ríos y Martínez Campos, acabaría formando un conjunto, destinado a adornar el pasillo principal de entrada al edificio. (Texto de Carlos Reyero Hermosilla, dentro del libro "El Arte en el Senado", editado por el Senado, Madrid, 1999, pág. 486).