Episodio de la guerra de África en 1860, 1889

César ÁLVAREZ DUMONT (San Antonio de Villarreal, Portugal, 1866 - Marbella, Málaga, 1945)
- Óleo sobre lienzo -
305 X 498 cm

Representa, según testimonio del propio pintor en un documento conservado en la Academia de España en Roma, "un episodio de los más salientes de la guerra de África `la carga de la bayoneta´ (hecho único en la historia) dada por la Infantería española a la caballería árabe en la acción del 31 de enero de 1860". Se trata del ejercicio correspondiente al cuarto año de su estancia como pensionado en la antigua Academia Española de Bellas Artes de Roma, donde ocupaba la plaza por la pintura de historia.

El pintor había tomado la decisión, a comienzos del año 1879, en su tercero de pensión, de llevar a cabo un tema de la guerra de África, sin precisar cual, por lo que se le autorizó a establecerse en Tánger a finales de ese año. El 12 de agosto de 1898 se le había concedido licencia para continuar en África, con objeto de realizar este trabajo. Desde Tánger escribe a Roma comunicando a las autoridades académicas las diversas vicisitudes por las que pasa, hasta anunciar, en el verano de 1899, que está a punto de concluir su cuadro, que, finalmente, remite a Madrid en el otoño de ese año. Fue juzgado, según prescripción reglamentaria, por un jurado de académicos el 20 de mayo de 1901, que le otorgó la calificación honorífica.

César Álvarez Dumont utiliza aquí recursos compositivos de raíz romántica y, más concretamente, goyesca, con el fin de expresar la violencia genérica de la lucha, más que intentar describir los detalles precisos de un pasaje, aunque trata de ser fiel al ambiente y a la caracterización de los tipos. A pesar de la viveza de los colores, como corresponde a una época donde éstos constituyen el principal elemento expresivo del artista, hay una voluntad de integración pictórica, con objeto de evitar la preeminencia de acciones o personajes. Con ello se obtiene la ilusión de una escena captada casualmente.

El interés del Senado por adquirir esta obra en 1908, casi diez años después de realizada, y en pleno descrédito de los cuadros de historia, se ha relacionado con las diversas escaramuzas vividas en torno a melilla en esas fechas. No obstante, los temas guerreros, ya fueran de la guerra de la Independencia o de la guerrra de Marruecos sobrevivieron, por sus posibilidades de interpretación realista, más allá de la crisis sufrida por el género histórico a partir de la última década del siglo XIX. En este caso, además, las circunstancia marroquí enlaza con el pintoresquismo orientalista, nunca completamente perdido, y la fascinación hacia los temas coloniales, entonces de moda. De hecho, la ausencia de la retórica narrativa, que era consustancial a la tradicional pintura de historia, permite contemplar esta pintura como un incidente de cualquier guerra contemporánea. (Texto de Carlos Reyero Hermosilla, dentro del libro "El Arte en el Senado", editado por el Senado, Madrid, 1999, pág. 240).