José ELDUAYEN GORRITI. Marqués del Pazo de la Merced (Chinchón, Madrid, 1823 - Madrid, 1898).

Salvador MARTÍNEZ CUBELLS (1845-1914)
- Óleo sobre lienzo -
100 x 75 cm

El Marqués del Pazo de la Merced, José Elduayen, decimoctavo Presidente de Senado, nació en Madrid en 1823, aunque su carrera política está vinculada a Galicia, dado su destino allí como ingeniero civil. Afiliado a La Unión Liberal de O'Donnell fue elegido Diputado por Vigo en 1856, repitiendo más tarde por Pontevedra en 1864. Apoyó la Revolución de 1868 aunque siempre se mantuvo fiel a los postulados conservadores y a la causa borbónica, pues fue uno de los cinco diputados que en 1870 propusieron y votaron a D. Alfonso XII como nuevo Rey de España. Ello no le impidió aceptar la cartera de Hacienda en 1872, pero al proclamarse la República continuó con sus campañas parlamentarias a favor de la causa alfonsina. Al llegar la Restauración se hace cargo del Gobierno civil de Madrid siendo recompensado por Alfonso XII con el título de Marqués del Pazo de la Merced. Posteriormente desempeñó la cartera de Ultramar en 1878 y la de Estado en 1883 a 1885. Nombrado Senador vitalicio, ejerció la Presidencia de la Cámara Alta entre 1896 y 1898.

El autor del retrato, el valenciano Martínez Cubells, era hijo de un pintor y restaurador, Francisco Martínez, y padre de Enrique que, ¡cómo no!, continuaría la tradición familiar. Formado con su padre y en la Escuela de la Academia de San Carlos de su ciudad natal, se va a dar a  conocer en las Exposiciones Nacionales, ganando dos primeras medallas en 1878 y 1887 con el consabido tema histórico: La educación del Príncipe D. Juan, en el primer caso, y Doña Inés de Castro, en el segundo. Sin embargo, había alcanzado ya una tercera medalla en 1871 y una segunda en 1876 con los retratos de su padre y su esposa, respectivamente.

Estos últimos premios son muy significativos no sólo por ser el género que nos ocupa aquí, sino porque va a ser el campo donde Martínez Cubells alcance su plenitud hasta convertirse en uno de los pintores más representativos del siglo XIX con un estilo que arranca directamente de la gran escuela española, del Museo del Prado. Algo fácil de explicar porque desde 1869, nuestro artista era restaurador por oposición de dicho museo, llegando a realizar más de 2.000 intervenciones y creando una escuela verdaderamente modélica.

La crítica cotemporánea insiste continuamente en la condición de restaurador de Martínez Cubells como fundamento del éxito de sus retratos en los que resplandece la tradición española. Baste como ejemplo este comentario: Entre todos los que han expuesto retratos descuella don Salvador Martínez Cubells, cuya manera es española genuina, y como nuestros pintores del siglo XVII pronunciaron la última palabra respecto a retratos, escusado es añadir que el primer restaurador del Museo, que hace muchos años está en íntimas relaciones con Velázquez, Sánchez y Claudio Coello, March, Martínez del Mazo, Pantoja y otros, los pinta muy bien. Resultan una maravilla de ejecución y de color, pintados con ese desenfado que nace de la seguridad en la pincelada y del dominio de la paleta. Cubells ve bien el natural, cosa que no todos alcanzan, aprecia con exactitud las gradaciones y sabe reproducirlas sin violencia. Basta ver sus retratos para comprender que cuando trabaja habla con el modelo para que resulte un ser animado, con carácter.

Hasta tal punto Martínez Cubells hace realidad la afirmación anterior que de sus retratos repetidamente se dice que parece que hablan. Virtud fundamental de este género en especial para los aficionados, que exige un gran conocimiento del retratado. Martínez Cubells en este caso lo tenía porque había retratado ya al Marqués del Pazo de la Merced en 1895, presentándolo en la Exposición del mismo año. Los comentarios hacían hincapié en el aire socarrón y malicioso del Marqués, que trasladado al retrato del Senado explican su sentido de naturalidad, intimidad y familiaridad tan poco habitual en la Galería de Presidentes.